viernes, 18 de diciembre de 2009

Las esbirras del régimen chavista

18-12-09 - Eduardo Guerra

Venezuela se ha caracterizado por tener mujeres hermosas, inteligentes y bravías, y de hecho, podríamos decir que al régimen chavista quien más resistencia le hace, son precisamente las madres, las estudiantes, las amas de casa, las profesionales universitarias; y es que son las primeras en las marchas, en las manifestaciones de calle, en los condominios, etc.

Muchos nombres de valientes venezolanas se han destacado en la última década, y a riesgo de olvidarme de nombrar alguna de las importantes, me atreveré a recordar nombres como el María Corina Machado, Directora de la ONG SUMATE, a Cecilia Sosa, ex presidenta de TSJ, las esposas de los comisarios presos de Chávez, María del Pilar Simonovich (Bony), Yhaira Castro de Forero y Yajaira Vivas; en el ámbito de la política activa, a Liliana Hernández y Fabiola Colmenares; a Mónica Fernández, ex juez y coordinadora del Foro Penal Venezolano; y periodistas como Patricia Poleo, Marianela Salazar, Nitu Pérez Osuna, Marta Colomina y María Isabel Parraga; y muchas otras que nómbralas aquí seria imposible.

Pero, así como podemos estar orgullosos de esas intrépidas mujeres que hemos mencionado anteriormente, tendremos que admitir que la revolución chavista esta utilizando a un grupo de mujeres para que le hagan el trabajo sucio al Comandante, el trabajo de los esbirros, o mejor dicho y para estar a tono con la nomenclatura del socialismo del Siglo XXI, el trabajo de las esbirras…

Empezamos la lista roja rojita por la actual presidenta del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), Luisa Estella Morales, la misma que recientemente declaro que No podemos seguir pensando en una división de poderes porque eso es un principio que debilita al Estadoy la misma que desde la presidencia de la Sala Constitucional del TSJ, le ha dado luz verde a todas las violaciones a la Constitución, que vienen desde la Asamblea Nacional y de la Presidencia de la Republica.

Seguimos con la presidenta de la Asamblea Nacional, Cilia Flores, la que sin meritos académicos ocupa un puesto tan importante y que además aspira a sustituir a Luisa Estella Morales, en la presidencia del TSJ, para lo cual, se presume que en una de las universidades bolivarianas le preparan un Doctorado Honoris Causa para poder cumplir con unos de los requisitos como magistrado superior.

Le sigue en la lista la presidenta del Consejo Supremo Electoral (CNE), Tibisay Lucena, conocida por todas las trapacerías que ha ejecutado sin ruborizarse a favor del teniente coronel. Ahora se la ve reforzada por las otras tres rectoras chavistas, Sandra Oblitas, y las ilegitimas, Socorro Hernández y Tania D´ Amelio.

Para que no se quede ningún Poder del Estado sin control rojito, toca mencionar a la Defensora del Pueblo, Gabriela Ramírez, quien es además presidenta del Consejo Moral Republicano. Esta es la misma persona que declaro que los periodistas de la Cadena Capriles, que fueron brutalmente atacados por las hordas chavistas en agosto 2009, eran los responsables de su desgracia porque fueron a provocar con sus pancartas a los inocentes guardianes de la revolución.

Completando el cuadro de Poderes Públicos en manos del neodictador bolivariano, nos conseguimos con, Luisa Ortega Díaz, La Fiscal General de la Republica, la propia que tartamudea ante las cámaras de Venezolana de Televisión, cuando trata de explicar el argumento leguleyo con el que metieron presa a la jueza, María Lourdes Afiuni, esa jueza que se atrevió a tomar una decisión en el expediente del banquero, Eligio Cedeño, y que ahora esta recluida en la cárcel de mujeres de la ciudad de los Teques, con presas comunes, incluso alguna que otra presa juzgada en el pasado por la Sra. Afiuni.

Completando el ramillete de sumisas funcionarias, y aunque este no sea un poder reconocido en la Constitución, esta la comandante, Lina Ron, representante del Poder Popular, especie de guerrillera urbana, lumpen revolucionaria, que se encarga de ejecutar con su comando de malandros, todas las acciones de amedrentamiento a la sociedad civil y a los medios de comunicación. Muy cerca de esta posición esta por supuesto la comandante fosforito, la diputada Iris Varela, de quien da vergüenza ajena por su forma de expresarse.

Finalmente no podemos dejar de nombrar por cómplices, a las periodistas rojas rojitas, Desirée Santos Amaral y Vanessa Davies, la abogado norteamericana-venezolana, Eva Golinger, o la usurpadora de la Alcaldía Metropolitana, puesta por el dedo presidencial, Jacqueline Farias.

Reseñar este aspecto de la revolución no es cuestión de genero, o de una visión machista, es que es casi una excepción lo de estas mujeres en el poder, dado que, Hugo Chávez, se rodea fundamentalmente de militares activos o en condición de retiro, porque son obedientes y no cuestionan sus ordenes.

¿Será por obedientes y sumisas que el Comandante las tiene al frente de estos importantes despachos? Lo que si es cierto, es que todas ellas corren a cumplir las ordenes, cuando oyen el tronar del Presidente en sus alocuciones por televisión.

Llamarlas esbirras o esbirros, da igual, eso son…

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