sábado, 20 de febrero de 2010

¿Un billón de dólares es suficiente para comprarse una revolución?

19-02-2010 - Eduardo Guerra

Con una millonada de dólares que supera con creses varios planes Marshall, e igualando los miles de millones que utilizo el Presidente Barack Obama para auxiliar a los bancos americanos, afectados por la crisis económica mas importante del Siglo XXI, el Presidente Hugo Chávez, ha tenido en sus manos un billón de dólares, que tristemente ha malbaratado para comprarse una revolución chucuta.

Así como si él fuera el protagonista del cuento “El traje nuevo del emperador” de Hans Cristian Andersen; Hugo Chávez y su gente (incluyendo a sus tarifados del exterior) son los únicos que ven la invisible obra de la revolución.

Se esfuerzan, abren bien las pupilas, y en el fondo, muy en el fondo, logran ver cifras estadísticas irreales, esas, que según ellos muestran el bienestar social y económico de Venezuela. Seguramente llevan puestas unas gafas robolucionarias, cuyas lentes especiales son los millones de dólares que se reparten en el festín de corrupción más grande de la historia de Venezuela.

El Presidente Chávez pretende engañar, diciendo que él creo una revolución, cuando simplemente gano unas elecciones, no tanto por su esfuerzo, sino por las torpezas de la oposición, errores que Chávez repite y acrecienta, no solo es más de lo mismo, sino peor de lo mismo.

En Venezuela no ha habido ruptura revolucionaria como en Cuba, donde no conocen la democracia. Allí el cambio fue violento, todas las instituciones se refundaron, no hay oposición, ni elecciones, ni libertad de prensa, ni propiedad privada. En Cuba, Fidel Castro, después de cincuenta años en el poder, emulando a una monarquía, le paso el trono a su hermano Raúl. Venezuela seguramente padecerá por muchos años, una seria crisis de polarización extrema y largos periodos de agitación social, inclusive podrá vivir varios caracasos, pero nunca será una revolución verdadera.

Ahora bien, a la revolución bolivariana no hay que subestimarla, la roja rojita es violencia verbal y también violencia real. Un simple ejemplo bastaría, sino pregúntenle a los dueños de la Polar ¿como podrán evitar que les quiten sus galpones en el estado Lara? o a los propietarios de las joyerías del Edificio La Francia ¿tendrán la suerte de cobrar por sus negocios confiscados? sin mencionar los cientos de dueños de fincas y haciendas que vieron como se perdían y destruían sus bienes sin poder hacer nada.

Cuarenta años de alternancias pacíficas construyeron una cultura democrática en los venezolanos, que hasta ahora sirvió para que el país no se incendie por los cuatro costados. Las revoluciones marxistas-leninistas surgieron en su mayoría como respuesta a las dictaduras de derecha, mas que de la pobreza. En Venezuela no había dictadura y la pobreza no fue determinante para que Chávez llegara al poder, aunque ahora lo sea en su defensa. Las revoluciones son austeras y la austeridad no es precisamente una característica chavista. El teniente coronel ha sobrevivido fortaleciendo el rol económico del Estado, malbaratando la renta petrolera y formando nuevas élites económicas, (la boliburguesía), vía populismo. Esto ni es nuevo, ni es revolución, ni es socialismo, es neodictadura chavista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario