lunes, 24 de noviembre de 2008

Apariencia y esencia de la Revolución Bolivariana

21-09-08 - Eduardo Guerra
Cómo explicar lo que es Chávez y su Gobierno? ¿Una revolución verdadera en el Siglo XXI? ¿Pasara Chávez a la historia como un líder iluminado de su tiempo? A mi juicio, ¡no! Es innegable que pasará a la historia, pero como un neodictador. Las formas y expresiones de su actuación demuestran que tiene un objetivo único: perdurar en el poder todo lo que pueda, morir gobernando, al mejor estilo de los dictadores del mundo.
Después de pasar por las manos de varios asesores, tales como Luis Miquelena, Humberto Ceresole y otros menos influyentes, dio por fin con Fidel Castro. Hugo Chávez admira a Fidel, se la cae la baba como a un niño de solo nombrárselo. Pero su admiración radica en aprender como hizo Castro para llegar a gobernar Cuba por cincuenta años, a pesar de los Estados Unidos, y además de eso, retirarse de lo viejo que está, y encima dejarle el trono a su hermano Raúl, un hombre de 75 años. Chávez cree que solo profundizando su neorevolucion logrará hacer de Venezuela lo que no ha podido hacer en estos últimos diez años, y se equivoca otra vez. El presidente no entiende que el 2 de diciembre de 2007 le dijeron que no a su propuesta de cambio de la Constitución, pero... tiene la botija llena y eso le permite darse algunos lujos a costa del futuro de los venezolanos, imponiéndoles 26 nuevas leyes que le dan más poder. En ese camino, la robolución bolivariana ha expuesto al país a una especie de ruleta rusa. Fidel Castro nunca se imagino que los intentos por conquistar a Venezuela a través de la guerrilla en los años sesenta, después de tanto esfuerzo, lo lograría cuarenta años después sin disparar un solo tiro. Las Fuerzas Armadas Bolivarianas serán reconocidas como un ejército que cedió la soberanía del país sin oponerse; al grito de "Patria, Socialismo o Muerte". Hoy por hoy los organismos de inteligencia venezolanos, la DIM y la DISIP están controlados por el G2 cubano, de tal manera que por este mecanismo Fidel Castro controla a Hugo Chávez. Y se entiende, y es que si le pasara algo a Chávez, el futuro de la economía cubana estaría en entredicho.
Para completar este cuadro, los líderes chavistas no se les ocurre nada original, los textos de las 26 nuevas leyes son casi copia fiel de leyes cubanas, la idea de las misiones también lo son, y así muchas cosas, el control de las comunicaciones, las notarías y registros, las compras de armamento a los rusos. Y para que el presidente Chávez esté mas feliz, recientemente, con el cambio de las leyes de las Fuerzas Armadas, crearon nuevos rangos militares, y qué casualidad, Chávez usará las mismas insignias, el mismo Sol en las charreteras, iguales a las que usa Fidel, el de comandante en jefe de los Ejércitos, no como presidente constitucional de Venezuela, sino como militar, como si él las hubiera ganado en combate, como Castro.
En el medio de este análisis toca admitir que la Revolución Bolivariana ha crecido. La influencia de Chávez y Fidel en Bolivia es obvia. Nadie puede explicar la contradicción, como es que el ministro de Defensa boliviano, Walker San Miguel Rodríguez, le pide públicamente a Chávez que no se meta en los asuntos de Bolivia, y su jefe, el presidente Evo Morales, no diga esta boca es mía. La penetración es grande en Nicaragua y Ecuador, y poco a poco cada vez más en Paraguay, Uruguay, Argentina y Honduras. Ahora bien, el Gobierno bolivariano se sigue esforzando en parecer un gobierno democrático, convoca elecciones, pero controla el Consejo Nacional Electoral (CNE) a su antojo, y como estrategia electoral inhabilita a los candidatos más destacados de la oposición, no los deja inscribirse con cualquier argumento. Abusa abiertamente de los medios de comunicación del Estado, como si fueran solo de ellos, del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Es como si en la televisión autonómica canaria solo pudiera aparecer y hacer campaña el partido que esté en el Gobierno.
Inventan magnicidios y golpes de estado contra el presidente, aunque no tengan ninguna prueba, ya nadie les cree, es el cuento de no acabar, ¿hasta cuando? Manipulan y amedrentan a los pocos medios de comunicación independientes que quedan. Hugo Chávez insulta y amenaza, y sus seguidores más cercanos solo dan una declaración pública cuando su jefe los autoriza, para repetir como loros. Son funcionarios asustados. Pero eso no les importa, porque están donde hay. Chávez los deja robar, para luego tenerlos chantajeados, así los mantiene incondicionales y sumisos, ineficientes, torpes e inútiles. Por eso en el país no funciona nada de forma correcta. La corrupción ha llegado a los niveles más altos, como síntomas del deterioro de un gobierno que compra voluntades en Venezuela y en el mundo.
El caso de la Valijagate está dejando al descubierto, no solo que Chávez presuntamente financió parte de la campaña electoral de Cristina Fernández de Kirchner en Argentina, con cinco millones de dólares, sino en cómo los valores y la ética no existen para los altos funcionarios del Gobierno. De las últimas noticias que se tienen del juicio que se le sigue en Miami a cuatro venezolanos involucrados en el caso, uno de ellos, Moisés Maionica, acaba de declarar que PDVSA le ofreció 400.000 dólares si convencía a Antonini Wilson para que se quedara callado y no contara para quién era ese dinero y de dónde salió. Y resulta que este abogado Maionica es el mismo que colaboró con su amigo Jorge Rodríguez cuando éste era presidente del CNE y logró que esta institución comprara 10.000 maquinas captahuellas (que nunca sirvieron, salvo para amedrentar a los votantes), con un sobreprecio de escándalo; las mismas que se usaron en el referéndum revocatorio de 2006. El premio para Jorge Rodríguez por su buen trabajo fue nombrarlo vicepresidente del Gobierno. Claro que eso de financiar campañas electorales no es nuevo para Chávez; cabe recordar los 1.500.000 dólares que el BBVA le dio en el año 1998. Un delito tipificado en la Constitución de Venezuela.
La Revolución paga millones de dólares a empresas de lobby en el mundo, aparenta que es pacífica y democrática, que está mejorando la vida de los pobres. Simula que la economía va mejor que nunca, que es un fenómeno social digno de imitar en el mundo. La revolución se viste de izquierda, de socialismo, de progre... pero nada más lejos de la verdad. No les importa que los descubran, para eso ciertos intelectuales europeos que se dicen de izquierda la celebran, la apoyan, pero también cobran por sus servicios. Pero la mayoría de los países ya no le creen, porque se peleó con Estados Unidos, Colombia, México, Perú, España y Alemania. Lo malo para la revolución es que "ya le conocen el andar a la perrita"; dice otro dicho: "La mona aunque se vista se seda, mona se queda". Chávez, con su acción de gobierno, ha logrado que Venezuela sea cada vez más dependiente de los Estados Unidos y de Bush. Nos compran el 85% del petróleo que exportamos. Son los únicos que pagan bien, en dólares constantes y sonantes. La contradicción más grande de dos mundos, somos dependientes de Cuba y de EE.UU. a la vez. Y todo por mantenerse en el poder. Quién sabe qué calificativo se le tendrá que dar para enjuiciarlo algún día por traición a la patria. Obviamente, el de patriota no será.

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